Si cierro los ojos recuerdo todo
lo que hicimos
aquellas noches de verano cuando no teníamos nada
unas mochilas vacías y unos billetes de tren.
Las fiestas de un pueblo donde llegamos,
una cena al aire libre con un vaso en la mano,
los nervios en la barriga antes de empezar.
Las primeras canciones, las primeras emociones,
unas guitarras viejas, banderas en los balcones,
la inocencia en la cara, los sueños en los pulmones.
Bailar entre la gente, lanzar un grito al viento,
saltar del escenario, tocar con los dedos el cielo
sentirnos como una nube en un mar de estrellas
aquellas noches de verano cuando no teníamos nada
unas mochilas vacías y unos billetes de tren.
Las fiestas de un pueblo donde llegamos,
una cena al aire libre con un vaso en la mano,
los nervios en la barriga antes de empezar.
Las primeras canciones, las primeras emociones,
unas guitarras viejas, banderas en los balcones,
la inocencia en la cara, los sueños en los pulmones.
Bailar entre la gente, lanzar un grito al viento,
saltar del escenario, tocar con los dedos el cielo
sentirnos como una nube en un mar de estrellas